sábado, 10 de octubre de 2015

Amor por la lectura + Fotos de la visita a la biblioteca Julio Mario Santo Domingo

El amor a la lectura va muy relacionado con el cuidado que le damos a los libros, pero no por esta razón debemos dejar de ofrecer libros y cuentos a nuestros pequeñitos.  El primer encuentro con la lectura se puede dar  desde el vientre de la madre. Está claro que un bebé no sabe leer pero  estará siendo estimulado al escuchar la voz de su madre, escribirles cartas a nuestros bebés es una buena opción.  A través de esta lectura no lo vamos a enseñar a leer, pero le vamos a trasmitir algo de por vida: el placer de la lectura.

Área infantil -  Visita a la biblioteca Julio Mario Santo Domingo

Cuando el bebé va creciendo le llama la atención el mundo que lo rodea, aunque él no tenga capacidad para leer, al mostrarle un libro se siente intrigado por los dibujos, colores y hasta texturas que este traiga. El bebé puede comenzar a manipular los libros y los padres pueden comenzar una lectura con él. El niño a través de este hábito  se dará cuenta que mamá o papá le ponen voces a esos dibujos y esto será de gran atractivo para el bebé.  Un libro crea flujos  de comunicación, estrechas lazos de afecto y complicidad cada vez más fuertes y más ricos.



En cuanto al miedo de que los niños rompan los libros, en el mercado existen varias opciones para bebés, hay libro con páginas de plástico acolchado que ellos pueden morder o cuentos de capa dura. Yo personalmente no tengo ningún problema en que los niños rompan uno que otro ya que estos siempre se pueden reparar y es su manera de acercarse a la lectura y de manipular, también es una forma de aprender a pasar las hojas. Yo comencé a brindarle libros económicos que no tuvieran mucho valor monetario para evitarnos molestia si la niña al pasar una hoja la rompía. Así que no se asusten si el niño rompe alguna hoja, en ese momento y etapa de su desarrollo es su forma de quererlo.

Ludoteca - Biblioteca Julio Mario Santo Domingo

Mi hija de tres años pide que le leamos cuentos para dormir, ella tiene sus libros en su mesita de noche, a su altura, de manera que estén a su alcance en el momento que ella lo requiera. Ella sola escoge sobre que vamos a leer. En otras ocasiones ella no quiere que le leamos nosotros los adultos, sino que ella quiere leernos a nosotros. Obviamente Galilea (3 años) no sabe leer pero recuerda el relato a través de los dibujos o los inventa creativamente. 

 Leyendo "Mafalda" 


Hemos comenzado a introducir el idioma ingles en la casa durante nuestra rutina, así que algunas noches leemos en inglés. Es importante no imponer la lectura, esto debe ser un acto normal y cotidiano. Habrán días que el niño pida leer tres cuentos y habrán otras donde no alcancen a leer la mitad de uno solo. La lectura oída alimentará su imaginación, le ayudará a crear sus propios personajes, sus sueños. Y así, el bebé, que aprenderá a leer en su momento,sabrá que un libro proporciona un juego muy gratificante. De la afición a la lectura depende un placer inagotable, un desarrollo cultural y gran parte del éxito escolar.

 Rinconcito de lectura de Galilea


Tanto en la sala de clases como en algún lugar de la casa se puede destinar un rincón para los libros y la lectura. No se necesitará más que un espacio para poner los libros: estante, canasto,  o mesa pequeña para guardar o exhibir los libros favoritos, más algunos cojines o sillas para poder acomodarse a la hora de leer.

Acá les dejo imágenes de inspiración para rincones de lectura: 




 “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Miguel de Cervantes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario