Los 7 meses de Max + primer mes de experiencia con el método de alimentación
baby led weaning + fin de la lactancia materna exclusiva
Nosotros decidimos aplicar este método de alimentación
porque sonaba bastante ventajoso y hasta lógico. El instinto y la lógica son
mis bases para la crianza de mis hijos. El
bebe es el que lleva el ritmo en la introducción de los alimentos, no hay que
hacer una comida para la familia y otra distinta para el bebé de la casa, nada
de llevar control de horas y porciones, el bebé aprende, descubre y se comparte
en familia la hora de la comida. Ya para mí esto era suficiente para ponerlo en
práctica. Las mamitas que deciden practicar el BLW algunas veces son
señaladas, criticadas y juzgadas por personas cercanas ya que están
rompiendo con años y años de mitos y costumbres, así que lo que más puede
molestar al aplicar este método es tener que dar explicaciones. Desde la
abuela al pediatra, todo el mundo querrá
saber por qué tu bebé no toma sopas y jugos.
Como saben no soy nutricionista o experta en alimentación
infantil, pero les quiero compartir responsablemente mi experiencia junto con información que he ido leyendo, investigando y estudiado para comenzar el método.
“Baby led weaning” significa literalmente “destete dirigido
por el bebé”, lo que en español hemos venido a denominar “alimentación
complementaria a demanda”. Se trata de una manera de introducir los sólidos en
su dieta, permitiendo que sea el propio bebé quien guíe su alimentación. Se va
presentando la comida como un juego, adaptando los trozos que se le ofrecen al
bebé para que los pueda agarrar con la mano y manejarlos por sí mismo,
permitiéndole desarrollar las distintas habilidades que necesitará para comer
(coordinación oculomanual, masticación, deglución, pinza, etc.), respetando sus
gustos y preferencias personales sin olvidar la parte social de la alimentación
ya que al bebé se le incluye en los hábitos y rutinas familiares a la hora de
la comida.
Un poquito de historia…
A principios del siglo pasado se empezaron a hacer las
leches de fórmula, que no era apenas más que leche hervida, agua y azúcar. Y
así surgió un problema de desnutrición infantil. Por eso hubo que iniciar la
alimentación complementaria de forma premura para tratar de paliar las
carencias nutricionales de las fórmulas. Pero esos niños no estaban preparados
para alimentarse solos y por eso había que darles papillas, y era el médico
quien controlaba la alimentación del bebé en riesgo de desnutrición. Pero, poco
a poco, ha ido quedando un poco de que los purés son buenos, de que así el niño
se lo come todo, que es más fácil dárselo, que admiten más cantidad, que son
muy sanos porque tienen muchos tipos de verduras, la madre puede medir lo que
el niño ha tomado en cada comida… Y nadie habla de la incomodidad y trabajo
extra que supone andar cocinando y triturando. Así que, si has esperado hasta
los seis meses para introducir la alimentación complementaria, has superado la
etapa de los purés, por lo que no los necesitarás.
La alimentación complementaria se inicia en teoría a los 6
meses, pero tenemos el periodo comprendido de 6 a los 8 meses para comenzar ya
que es un tiempo de transición.
¿Cuándo debes comenzar?
Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED) y la
Academia Americana de Pediatría (AAP) sabremos que el bebé está preparado si:
- Se mantiene sentado. Esto nos indica que el grado de maduración muscular a nivel digestivo también es suficiente. Si aún no es capaz de mantenerse sentado lo más probable es que la musculatura orofaríngea y sus capacidad de masticar/deglutir también sea insuficiente.
- Ha desaparecido el reflejo de extrusión (mecanismo de seguridad que tienen todos los recién nacidos para protegerse del atragantamiento, por el que expulsan cualquier objeto que entre en la boca)
- El bebé muestra interés por los alimentos.
- Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos (al acercarle comida, el bebé que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante; en cambio, si el bebé está saciado, cierra la boca y aparta la cabeza).
En mi caso en particular, Max comenzó a mostrar mucho
interés por la comida a los 5 meses, quizás no tenía intenciones de “comer”
sino más bien de manipular así que le hice varias actividades tipo patuques,
licuando zanahoria para que tocara y se ensuciara hasta aburrirse, este fue su
primer acercamiento a los alimentos ya que el bebé aún no se mantenía sentado
no le podía ofrecer sólidos. Para este momento lo importante era la experiencia
sensorial que esta actividad le ofrecía no la cantidad de comida que introducía
en su boca ya que para este entonces el bebé todavía tenía el reflejo de
extrusión.
Fue a los seis meses que comencé a brindarle alimentos
enteros, los primeros fueron, cambur (banano), papa, zanahoria, batata, aguacate,
plátano, vainitas (habichuelas) manzana, mango y pepino. Uno diferente cada
tres días para probar intolerancia o alergias, pero este tampoco fue un tema
que me quitara el sueño ya que al no tener antecedentes familiares de alergias
me sentí muy cómoda. Al principio es poco lo que Max comía, casi todos los
alimentos se caían al piso, y esta es quizás la única desventaja del método (el
desastre). Para esto puedes colocar un delantal de mangas al bebé y un plástico
debajo de la silla para que el momento de limpiar sea más fácil para la madre,
yo personalmente no coloque nada y algunas veces come en pañal únicamente. Al terminar la ronda de los primeros
alimentos procedí a combinarlos e incluí
el arroz que debo decir que le encanta. Actualmente come carne (molida en forma
de albondigas) y pollo (el muslo o pierna para que lo agarre). La idea es el
que el niño se siente en su silla de comer, pero lo que más me ha gustado del
método es que se adapta al ritmo de vida familiar así que algunas veces Max
come directamente de nuestro plato si se antoja de algo en el momento o le
ayudo metiéndole trocitos en la boca.
Los alimentos se
deben ofrecer cortados en tiras gruesas o enteros para facilitar el agarre por
parte del bebé y si deciden dar alimentos con concha que sean bien lavados.
Algunos ejemplos de alimentos son:
- Verduras enteras cocinadas al vapor o ligeramente cocidas: vainitas o habichuelas, mazorcas de maíz baby, otras vainas, etc.
- Ramilletes de coliflor o brócoli al vapor o ligeramente cocidos.
- Palitos de verduras al vapor, asados o fritos: zanahoria, patata, berenjena, batata, auyama, calabacín, etc.
- Palitos crudos de pepino (al principio sin piel
- Rodajas gruesas de aguacate (que no esté muy maduro).
- Pollo (en forma de tira de carne o un trozo con hueso, tipo muslo, que pueda agarrar).
- Tiras delgadas de ternera, cordero o cerdo
- Frutas: pera, manzana, plátano, mango, etc. Bien enteras o bien en palitos.
- Palitos de queso (tiene que ser firme, los más cremosos no servirían).
- Tortas de arroz o tostadas (solas o con algo por encima tipo tomate, queso, etc.).
- Albóndigas o hamburguesas caseras (o directamente la carne picada salteada)
- Nuggets de pollo o de cordero.
- Varitas de pescado.
- Pasteles/hamburguesas de lentejas.
- Arroz en cualquiera de sus versiones, en bolas siempre es un éxito (arroz cocido y prensado con un molde).
- Pepinillos agridulces (de los grandes).
- Aceitunas (en trocitos).
- Tortilla francesa partida en tiras.
- Lonchitas de jamón serrano.
- Macarrones
- Sopa de letras (sin caldo, para que el guarreo no sea extremo).
Las papillas alimentan más que la leche
"Esto es un mito tan absolutamente
extendido que, aunque ya lo hemos
comentado, no está de más insistir un
poco. A muchas madres les dicen que «su leche ya no alimenta» o que «su leche
es agua». Semejantes frases no están mal como insulto castizo, del tipo «tienes
sangre de horchata» o «tu pelo es un estropajo». Lo gordo es que hay gente
que se lo cree. ¡Seamos serios, por favor!
No hay mujeres que tengan agua en vez
de leche, del mismo modo que no hay elefantes voladores."
Con una buena papilla antes de cenar, dormirá toda la noche.
"Pues no. Muchos niños de dos o tres años se despiertan casi cada noche, aunque hayan cenado tortilla de patatas o alubias con chorizo. Está demostrado experimentalmente que los niños no duermen más por haber tomado papilla. Durante los primeros años, los niños suelen despertarse por la noche, no sólo porque necesitan comer, sino porque nos necesitan a nosotros."
Por suerte, el pecho permite satisfacer las dos necesidades a la vez, y el niño vuelve a dormir rápidamente; algunos padres le llaman «la anestesia».
Nota: Debes comentar los detalles de la alimentación complementaria con
tu pediatra si en tu familia existen antecedentes de intolerancias, alergias
alimentarias, y en caso de bebés prematuros o con problemas digestivos o si
tienes cualquier otra duda sobre la salud o el desarrollo de tu hijo.
Les comparto un vídeo que me ha servido de inspiración y me llena de confianza www.youtube.com/watch?v=MpS4UtEv8pY
Fuentes:
Asociación de Mujeres
Creciendo Junt@s Madrid
creciendojuntosfuenlabrada.wordpress.com
Doctor Carlos González
Libro "Mi niño no me come"